Entendemos como pasta a una masa cuya base es harina , agua y sal ; la cual podemos enriquecer con huevos, espinacas, tomates, tinta de calamar y un sin fin de aderezos.
Amasada, ya sea manualmente o con cualquier amasadora o robot de cocina, y después de otorgarle infinidad de formas (spaguetti, fetuccini, placas para lasaña, tagliatelle...) nos da como resultado un plato consistente y completo. Es en Italia donde podemos encontrar mayor cantidad de formas a la pasta y recetas con ella.
Para los
papardelle frescos
Ingredientes para 2 personas:
2 huevos a temperatura ambiente
200 grs de harina "tipo 00"
1/4 cucharadita de sal
Para el resto de la receta:
una cabeza de ajos
Un buen puñado de perejil fresco
Un buen chorro de aceite de oliva virgen
La punta de una guindilla
Queso rallado (opcional)
Elaboración de la pasta fresca en kitchenAid:
Echamos la harina y la sal en la cubeta de la amasadora y colocamos el batidor plano (Si vamos a hacer más cantidad, debemos utilizar el gancho amasador). Accionamos la máquina a velocidad 2 e incorporamos los huevos uno a uno. A los 30 segundos aproximadamente se habrán integrado en la harina y dejamos amasar dos minutos más a la misma velocidad.
Si amasamos manualmente, colocaremos la harina en forma de volcán y la sal y huevos en medio y amasaremos durante 10 minutos.
Dejamos reposar la masa unos 15 minutos y mientras colocamos el motor en la máquina para pasta. Sobamos un par de minutos la pasta para darle calor y forma y por el rodillo en posición "1", pasamos la masa, que habremos dividido en dos, unas 5 ó 6 veces por éste, doblándola sobre sí misma como si de un pañuelo o una toalla se tratase(aplastamos un poco con las manos para que pase por el rodillo mejor)
Cerramos un poco el rodillo a la posicíon "2" y repetimos la operación otras tantas veces. De vez en cuando espolvoreamos la masa con un poco de harina (y el rodillo también), para que ésta se haga más elástica y suave.
Repetimos esta operación hasta llegar a la posición "5" al menos (Yo lo hice hasta este nivel).
Una vez conseguido el grosor y textura de la lámina, la colocamos en una tabla de madera o similar y con un cortador para este fin la marcamos, presionando para que se señale bien.
Ya sólo nos queda separar los
pappardelle y dejarlos secar durante una hora más o menos. Si no disponemos de un artilugio para tal fin (como es mi caso), podemos improvisar con un poco de imaginación y algunos de los cacharros que tengamos a mano.
Una vez se ha secado la pasta un poco, sofreímos en una sartén los ajos y la punta de guindilla en el aceite de oliva. cuando estén dorados, retiramos la sartén del fuego e incorporamos el perejil cortado (para que no salpique).
Ya sólo nos queda hervir la pasta en abundante agua salada durante 1-6 minutos (una vez hirviendo) dependiendo del grosor y espesor de la pasta que hayamos elaborado( Ésta necesitó 5 minutos).
Colamos y enfriamos (para cortar la cocción y volvemos a añadirla a la cazuela con el aderezo preparado. Removemos un poco y servimos, si nos gusta, con un poco de queso rallado.